viernes, 3 de diciembre de 2010

Tal vez la pasión y el amor, sólo residen en la observación del amado.

Hay miradas que no saben mentir. La de la tristeza se reconoce de inmediato; detrás de ella hay un universo helado que desconcierta. Los ojos lloran sin dejar una sola lágrima y , aunque a veces la boca sonría, están despegados del rostro, ajenos a la mueca formal.



Cuida de mi corazón, lo he dejado contigo



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